retorno de los aviones supersónicos
En la década de los 60, Occidente y la Unión Soviética empezaron a
desarrollar un avión de pasajeros supersónico. A pesar de que ambas
aeronaves se desarrollaron en secreto, sus prototipos (el anglo-francés
Concorde y el soviético Túpolev Tu-144) parecían hermanos gemelos.
Sin embargo, estas aeronaves no fueron numerosas (se fabricaron solo 20 unidades del
Concorde y
todavía menos del Tu-144). El consumo de combustible del Concorde
(alrededor de 25 toneladas en una hora) era demasiado alto, casi 10
veces mayor que el de los modernos Boeing 737 (que consume de 2,4 a 2,8
toneladas por hora). Por lo tanto, los precios de los billetes también
eran caros (un vuelo de Londres a Nueva York podía costar hasta 3.000
dólares). En resumen, los 'jets' comerciales supersónicos no resultaron
rentables, y después de las catástrofes del Tu-144 en el Salón
Aeronáutico de Le Bourget (1973) y cerca de la localidad rusa de
Egórievskoye (1978) y de la caída de un Concorde en París, en 2000, los
vuelos de estos aviones fueron suspendidos.
Pero parece que la historia de los aviones supersónicos comerciales
no ha terminado. En 2010, los ingenieros de Lockheed Martin presentaron
el Supersonic Green Machine. A diferencia del Concorde, la nueva
aeronave está dotada de motores de ciclo variable, que aumentan la
eficiencia al cambiar a modo turbina convencional durante el despegue y
el aterrizaje.
Además, la aeronave es menos perjudicial para el medio
ambiente, debido a los incineradores integrados en el motor, que reducen
la contaminación por óxido de nitrógeno en un 75%. Su cola en forma de
'V' invertida y su configuración general amortiguarían considerablemente
los estampidos sónicos característicos de los Concorde.
Además, hay numerosos diseños de aviones comerciales para los
'vips', con capacidad para 6 o 12 pasajeros, el más famoso de los cuales
es el SonicStar estadounidense, desarrollado por la empresa Hyper Mach.
Propulsada por motores híbridos, la aeronave alcanzará velocidades de
3,6 mach (aproximadamente el doble del Concorde).
Nuevas formas de alas
Uno de los principales retos de los ingenieros aeronáuticos es
reducir el consumo de combustible, para hacer las aeronaves más eficaces
y respetuosas con el entorno. El concepto 'Box Wing', producto de los
ingenieros de Lockheed Martin, logra estos objetivos mediante el cambio
de la forma de las alas.
Los ingenieros de Boeing también presentaron unas alas innovadoras. La llamada 'ala volante' hace que su drone, el
X-48, sea más eficaz en términos de aerodinámica y distribución del peso.
Aviones híbridos
El futuro de los vehículos híbridos está relacionado no solo con la
industria automovilística, sino también con la aeronáutica. Boeing ha
desarrollado el proyecto SUGAR (Subsonic Ultra Green Aircraft Research),
que permitirá a las aerolíneas ahorrar hasta un 70% de los carburantes
convencionales mediante el uso de baterías.
Mientras espera a los pasajeros, el avión no solo repostará
combustible tradicional, sino que recargará las baterías en los sistemas
enérgicos del aeropuerto. El avión usará solo el combustible
convencional para el despegue, y conectará inmediatamente los motores
eléctricos una vez haya tomado altura. Hoy por hoy, los ingenieros no
disponen de baterías que generen suficiente energía para propulsar un
avión de pasajeros, pero antes del 2030 estas tecnologías podrían
haberse desarrollado.
Avión-helicóptero
Los helicópteros tienen una ventaja sobre los aviones: poder despegar
verticalmente, lo que permite prescindir de largas pistas de aterrizaje
en áreas remotas y de difícil acceso. Sin embargo, los aviones son
capaces de volar más rápido que los helicópteros.
El
proyecto X-Plane,
puesto en marcha por la Agencia de Investigación de Proyectos Avanzados
de Defensa de EE.UU. (DARPA), busca desarrollar aeronaves de despegue y
aterrizaje vertical con el objetivo de sustituir los helicópteros en el
Ejército.
Al parecer, los ingenieros de Boeing han logrado combinar estas dos
características en su proyecto Canard Rotor Wing. El alcance de este
vehículo es mayor que el de otros aviones de despegue vertical, mientras
que su velocidad (hasta 700 kilómetros por hora) supera la de cualquier
helicóptero.
Motor de cohete
Durante 22 años un equipo de
30 ingenieros de la empresa Reaction Engines, dirigida
por el ingeniero espacial Alan Bond, ha estado desarrollando un motor
que permite a las aeronaves volar a una velocidad de 6.500 kilómetros
por hora, lo que hará posible volar de Londres a Sídney en solo cuatro
horas. El nuevo motor puede instalarse en el
avión de nueva generación Lapcat. Aunque
en la actualidad los aviones de pasajeros no suelen volar a una altura
superior a 15 kilómetros, el Lapcat podría ascender hasta los 30
kilómetros con 300 pasajeros a bordo. El avión no tendrá ventanas para
soportar la fuerte presión del exterior.
El motor recibió el nombre de SABRE y sus diseñadores también
creen que el invento, que fue aprobado por la Agencia Espacial Europea,
puede usarse para mandar satélites al espacio.
El aparato se montó partiendo de la estructura de un motor de
reacción a chorro y es capaz de enfriar el aire entrante de 1.000 a 150
grados centígrados en una centésima de segundo sin producir trozos de
hielo, lo que le permite funcionar de forma segura con una potencia
mucho mayor de la que actualmente es posible conseguir y sin el riesgo
de sobrecalentarse y colapsar.
Multicóptero
Tradicionalmente se llamaba así a los aparatos con varios rotores
horizontales controlados a distancia, que se utilizaban por excelencia
para tomar fotografías desde la altura.
Sin embargo, tres ingenieros alemanes desarrollaron el multicóptero
llamado 'E-Volo', que podría revolucionar el campo de la aviación
ligera. Los ingenieros lograron hacer realidad
el primer vuelo pilotado de una de estas aeronaves tras una serie de pruebas no tripuladas.
El peso de este aparato de 16 hélices, junto con sus baterías
de litio, es de tan solo 80 kilógramos, lo que permite clasificarlo
como un ultraligero. Para controlarlo se utiliza una simple palanca de
mando.
Una característica muy importante del E-Volo es su capacidad de
aterrizar sin problemas incluso si dejan de funcionar cuatro rotores. Y
si experimenta problemas más graves, el piloto puede descender en un
paracaídas que se abre por encima de la aeronave, algo que es imposible
para un helicóptero, cuyo rotor está encima de la nave.
Según explican sus diseñadores, el aparato fue pensado como un vehículo
silencioso, limpio y económicamente rentable. Una hora de vuelo costaría
poco más que 8 dólares, debido a que se alimenta de electricidad.
Además, no tiene muchas piezas que se desgasten fácilmente, lo que
significa que el mantenimiento técnico sería muy poco costoso.
En el futuro, este invento podrá convertirse en una alternativa no solo a
los helicópteros convencionales, sino también a los automóviles.
Avión a baterías solares
La compañía Solar ha desarrollado el primer avión pilotado capaz de
surcar los cielos alimentándose solo de energía solar, que acumula en
cuatro baterías. En junio de 2013 esta aeronave, recubierta de 11.000
células fotoeléctricas,
terminó su viaje más largo, en el que atravesó el territorio de EE.UU, desde San Francisco hasta Nueva York.
Dos
ingenieros suizos manejaron el avión, Andre Borshberg y Bertrand
Piccard, a la vez cofundadores del proyecto Solar Impulse. Los pilotos
se alternaron durante las etapas del viaje, que se realizó a una altura
aproximada de 9 kilómetros a una velocidad de 72 kilómetros por hora.
En 2015 Borshberg y Piccard tienen previsto emprender un viaje alrededor del mundo en una versión del Solar de mayor tamaño.
Motores de hidrógeno
En 2008 se llevó a cabo la primera prueba con éxito de un avión
tripulado con combustible de hidrógeno. Una pequeña avioneta
desarrollada por Boeing realizó tres breves vuelos en España. Entre
otras cosas, la innovación busca reducir el impacto negativo sobre el
medio ambiente.
De hecho, el biplaza de Boeing es un avión híbrido, propulsado
por dos motores eléctrico y de hidrógeno, de los cuales el eléctrico se
usa solo en la aceleración y el despegue, mientras que el de hidrógeno
es activado durante el vuelo.
Viajes espaciales
La compañía Virgin Galactic, conocida por sus planes de organizar
vuelos espaciales suborbitales no está dispuesta a limitar su actividad solo al turismo espacial.
Especialistas de la compañía creen que su tecnología permitirá
cubrir la distancia de un punto a otro cualquiera de la Tierra en tan
solo cuatro horas. La aeronave suborbital
Space Ship Two será
transportada a una altura de 15 kilómetros por un avión portador, para
después separarse de él y seguir su rumbo al lugar de destino.
A día de hoy estos vuelos serían muy caros, puesto que los pasajes para
vuelos espaciales de Virgin Galactic cuestan alrededor de 200.000
dólares. Los especialistas de la compañía esperan poder abaratar precios
hasta que los billetes tengan el mismo coste que los pasajes de primera
clase de los aviones comerciales.
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